La retinografía es una prueba básica en las consultas de oftalmología, ya que forma parte del examen del fondo de ojo que todos debemos realizarnos periódicamente, sobre todo a partir de los 40 años.
5 a 10 minutos
Indoloro
Inmediata
Consiste en una fotografía digitalizada y magnificada hecha con un microscopio adaptado a una cámara con flash que nos muestra estructuras del interior del globo ocular claves para una buena visión, como son las estructuras retinales, fibras nerviosas, vasos arteriales y venosos, el área central de la visión llamada área macular, con su punto central que es la fóvea y la entrada del nervio óptico con sus respectivas fibras nerviosas llamada papila.
La retinografía se utiliza para el diagnóstico, seguimiento y control del tratamiento de la mayoría de las enfermedades retinianas, además del glaucoma. Permite detectar alteraciones incluso cuando son muy precoces y no producen síntomas visuales, siendo una herramienta preventiva crucial.
Es una técnica indolora y no invasiva en la que el paciente solo debe seguir un punto de luz. La duración del examen varía entre 5 y 10 minutos, dependiendo de la cooperación del paciente y la necesidad de dilatación ocular.
La visión puede permanecer borrosa temporalmente si se requirió dilatación ocular. En caso contrario, el usuario puede retomar sus actividades diarias de manera normal.
Los resultados se adjuntan a la ficha clínica del paciente y se pueden entregar físicamente de inmediato o a través de correo electrónico, según la preferencia del paciente.