Un procedimiento crucial en el tratamiento del glaucoma
La iridotomía es un procedimiento oftalmológico que se realiza principalmente para tratar y prevenir el glaucoma de ángulo cerrado, una condición ocular que puede llevar a una pérdida permanente de la visión si no se trata adecuadamente. Este procedimiento se realiza utilizando un láser para crear una pequeña abertura en el iris, lo que ayuda a mejorar el flujo de humor acuoso (líquido intraocular) y reducir la presión dentro del ojo.
El glaucoma de ángulo cerrado (glaucoma intermitente) se produce cuando el ángulo entre el iris y la córnea es demasiado estrecho, impidiendo que el humor acuoso drene correctamente a través del sistema de drenaje ocular llamado malla trabecular. Esta obstrucción provoca un aumento rápido y a veces doloroso de la presión intraocular, lo que puede dañar el nervio óptico y causar pérdida de visión. Los síntomas pueden incluir dolor ocular intenso, visión borrosa, halos alrededor de las luces y enrojecimiento del ojo. O bien puede presentarse con ausencia de síntomas, puede la hipertensión puede producirse en la noche, cuando el paciente duerme.
La iridotomía generalmente se realiza en un entorno ambulatorio y dura unos minutos. Se utiliza anestesia local en forma de gotas para adormecer el ojo. El oftalmólogo utiliza un láser para hacer una pequeña perforación en el iris, normalmente en la parte superior para que quede oculta por el párpado. Esta apertura permite que el humor acuoso fluya libremente entre las cámaras anterior y posterior del ojo, equilibrando la presión intraocular.
El tipo más común de láser utilizado en este procedimiento es el láser YAG (Yttrium-Aluminum-Garnet), conocido por su precisión y eficacia. La mayoría de los pacientes experimentan solo molestias leves durante el procedimiento y pueden regresar a sus actividades normales casi de inmediato.
La iridotomía láser es un procedimiento preventivo altamente efectivo para las personas con riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado. Además de reducir la presión intraocular, puede prevenir ataques agudos de glaucoma que requieren tratamiento de emergencia.
Sin embargo, como con cualquier procedimiento médico, existen algunos riesgos y posibles complicaciones. Estos pueden incluir inflamación del ojo, aumento temporal de la presión ocular, visión borrosa, o la aparición de halos alrededor de las luces. En raras ocasiones, la perforación puede no ser lo suficientemente grande o puede cerrarse con el tiempo, requiriendo una segunda intervención.
La iridotomía está indicada para pacientes con ángulos estrechos que tienen un alto riesgo de desarrollar glaucoma de ángulo cerrado. También se recomienda para aquellos que ya han experimentado un ataque de glaucoma de ángulo cerrado en un ojo, como medida preventiva para el otro ojo.
La iridotomía es un procedimiento clave en el manejo del glaucoma de ángulo cerrado, ofreciendo una solución preventiva y terapéutica para mantener la salud ocular y prevenir la pérdida de visión. A pesar de los posibles riesgos, sus beneficios superan con creces las complicaciones potenciales, haciendo de la iridotomía una opción valiosa para aquellos en riesgo de esta grave condición ocular.
Es crucial que las personas con factores de riesgo para el glaucoma de ángulo cerrado se sometan a exámenes oculares regulares y consulten a su oftalmólogo sobre la posibilidad de necesitar una iridotomía. Con una intervención temprana y adecuada, es posible preservar la visión y mantener una buena calidad de vida.